Los tartesios y la gastronomía gafapasta

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Proseguimos nuestro análisis del  reciente post del Amado Líder atacando al que tiene toda la pinta de ser su antiguo barrio de Madrid, Malasaña. (Incluiríamos enlace, pero la entrada sobre las bases tartesias ha sido eliminada durante la Gran Purga de la Tartesopedia, así que tendrán que fiarse de nosotros y creer que los tartesios tenían sede en Malasaña – o Maravillas o Triball.  Hoy les ofrecemos el comentario de nuestro corresponsal bélico-gastronómico: 

Cuánto rencor hacia los habitantes de buhardillas en el que fue su barrio (ese barrio gentrificado por empresitas puntocom sobrefinanciadas, como la que él quebró, por cierto). JUAS JUAS JUAS.

Me quedo con esto:

> Sushi y cebiche quedan cada vez más fuera de su alcance.

Como Gebara en su ¿calidad? de analista de ¿inteligencia? posee un contexto intelectual (ha leído muchas contraportadas de libros comprados en la madrileña cuesta de Moyano, como buen cultureta español) que el resto de vosotros oh mortales habitantes de barrios gentrificados no compartís, os transmitimos la versión simplificada para despistados:

• De las palabras de Gebara parece inferirse la noción de que sushi y ceviche son platos caros, al alcance únicamente de una élite y que una mayoría mediocre se empeña en comer por encima de sus posibilidades.
• Sin embargo, el sushi es básicamente arroz. Comida de pobres, pero de pobres de solemnidad. Equivalente asiático por su ubicuidad gastronómica al pan europeo. Dicho en antiguo, es lo menos que da la romana. Te pones ciego a comer sushi en cualquier multi-asiático de barrio por menos de 10 euros.
• Por otra parte, el ceviche (zebitxe, en lengua común tartssia) es un plato preparado a base de pescado al que ponemos hasta arriba de saborizantes potentes (limón limón limón limón) para matarle un poquito el sabor y matar cualquier indicio de bicho que tenga (cítrico cítrico cítrico). Al final, y por otros métodos, versión americana del truco de alargar la vida del pescado sumergiéndolo en vinagre (boquerones boquerones boquerones) antes de que se pudra, para que además luego no se note que no era pescado fresco. Vamos, que es un truco de pobres pero Gebara parece deducir que es un plato degustado únicamente por paladares elitistas, e impostores que están en el negocio de lo creativo y viven en barrios gentri… vamos, eso.

Aquí tenemos al gourmet autor de recetas como el huevo frito tartesio, la sopa de remolacha tartesia, la pasta gallo tartesia y el burger king tartesio diciéndole al mundo que los demás son unos decadentes atados al pasado, gentrificadores y malvados habitantes de barrios copados por
pobladores de un mundo puntocom que no aumenta el PIB. Él, por contra, aumenta un montón el PIB pese a no llevar a cabo consumo compensatorio de ése que requieren los insatisfechos habitantes de barrios gentrificados.

Éste, señores, es Ismael Gebara, analista de inteligencia aleatoria (osea, se lo inventa todo y ni se preocupa por resultar verosímil ni tapar el embuste; osea, tapar el embuste sí le preocupa, que para eso luego lo borra todo también).

Cabe la posibilidad, además, de que los gafapastas puntocom sean los chavales del outlet de Baraka… pero lo de la buhardillita en un barrio gentrificado y esa gente que hace chapucitas electronicas (qué gran nombre para una empresa) suena mucho a proyección (seguro que von Storgen sabe mucho de esto):

«Desde Tartessos anunciamos que vamos a hacer una empresa, como Colonias Electronicas suena mal osea que suena colonialista y no queremos enfadar a los Latin King que luego nos hackean, hemos pensado que dado que somos unos chapus y a nosotros nos encanta el hablar franco vamos a ponerle a la empresa Chapucitas Electrónicas. Que os parece fraaaaassss???? interrogacioninterrogacioninterrogación. Otro día emocionante más en esta vida interesante que llevo.

¡VITA LONGA I PROSPEREMUS!!!»